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Incombustible Julio Iglesias
15 de Octubre de 2012
Por: J. Óscar Beorlegui, Noticias de Navarra
 

Mitad truhán, mitad señor; a su manera, el indiscutible gran icono de la música ligera internacional conocido como Julio Iglesias presentó su último disco, Julio Iglesias 1, en Iruñea, encandilando en la tarde-noche de ayer a cuantos se dieron cita en Baluarte; mostrando su mejor cara a los presentes desde el prisma artístico y dejando claro por qué lleva tantos años siendo lo que es: un número uno. El número uno. Dejándoselo claro el cantante del bronceado permanente a un respetable que, si bien, no terminó de completar el auditorio, protagonizó una buenísima asistencia. Y a pesar del, a juicio de algunos, elevado precio de las localidades: de unas entradas cuyos precios oscilaron entre los 100 euros las más baratas y los 200, las más caras.

Frente a un público de ambos sexos y de edades preferentemente maduras que, desde antes de las 19.30 horas, accedió al patio de butacas de forma escalonada y, ataviados con sus mejores galas, en algunos casos los asistentes eran conscientes de estar asistiendo a un acto social; esto es, acudiendo a Baluarte a dejarse ver más que, únicamente, a ver una actuación.

La función arrancó a las 20.00 bajo los sones de una introducción pergeñada por la banda, haciendo acto de presencia bajo sus notas Julio, por un lado del escenario, y su trío de coristas, por el otro. Con el mítico cantante (camisa blanca y pantalones, americana, smoking y corbata negra) ya en escena, amagando a modo de saludo, sin despegarse casi del suelo, su característico baile mano derecha al pecho, la velada propiamente dicha quedó abierta con Amor, amor, sonando acto seguido Nathalie: "Navarra, ¿dónde están?"; "¿Dónde están ustedes?" saludó tras dicha interpretación; "Buenas noches Navarra, Pamplona; cuánto tiempo para poder volver a esta tierra, tantos años y tantas circunstancias: ayer, en San Sebastián, la noche fue espléndida (dijo en alusión al concierto brindado el sábado en el Kursaal), y hoy lo va a ser igual", remató un más que locuaz intérprete antes de cambiar de ambientación musical de manos del siguiente tema, La gota fría.

Finalmente, por dichos derroteros; tras la interpretación de un tango y un nuevo speech relativo a sus años de ausencia de nuestros escenarios ("navarros, ¿por qué habéis esperado tantos años para traerme? ¡Con las ganas que tenía yo de venir!"), el concierto, a buen ritmo, continuó su desarrollo propiamente dicho, deparando la batería de temas más o menos esperada: Un canto a Galicia, Me olvidé de vivir, Manuela, De niña a mujer...

Estas canciones fueron cantadas por un intérprete que en todo momento hizo piña con los cinco músicos, coristas aparte, que le acompañaban, no abandonando la cercanía de los mismos en ningún momento. Esto es, sin asomarse al filo del escenario. Unas composiciones cuyas melodías nos retrotrajeron varias décadas atrás y que, todo un homenaje para la música de tiempos ya pasados, entre reiterados recuerdos a la exitosa noche previa vivida en San Sebastián, por medio de sus abundantes reflexiones entre las canciones nos mostraron, más allá del artista, al Julio más piropeador y zalamero de cara al público que le recibe cada noche ("soy navarro, hoy soy navarro"; "por mi vida que nadie ha cantado en España mejor que ustedes, navarros: España bonita"), y al más crápula ("22 años, cinco novios y uno de ellos, yo", he aquí cómo presentó a una de las coristas), vacilón, político reivindicando constantemente su país y filósofo: sobre todo a la hora de recordar a su padre, de quien dijo que murió "demasiado tarde y demasiado pronto" (para él, claro está), y a la de referirse a su condición de cantante, algo que, tal y como afirmó, uno empieza a ser cuando la gente lo recuerda con el tiempo.

La leyenda sigue A veces, cuerdo y a veces loco, bohemio, soñador, y como tal, amante de la (buena) vida, las mujeres y el vino según una canción suya que, por cierto, no cantó, Julio Iglesias, pura leyenda viva, el cantante hispanoparlante con más éxito comercial de todos los tiempos demostró con la presente actuación que, al menos, para él, la vida sigue igual. Y lo hizo con un concierto que, además de los citados, incluyó temas como Hey, Me va, La vida sigue igual o, antes de terminar, cerca de las 22.00 horas, A mi manera. Antes de concluir dejando claro de manos de todos los temas ofrecidos lo siguiente: que, fuera de toda duda, a su manera, a él le va bien. Que la leyenda continúa.
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Julio Iglesias repasa su vida
21 de Septiembre de 2012
Por: Antonio Lucas, El Mundo
 

¿Se considera un cantante bien entendido?
Soy de esos artistas cuyos discos están ocultos al fondo de una estantería en las casas modernas y sólo me ponen a la una y media de la mañana. Soy un cantante secreto.

¿Se olvidó de vivir con tanto triunfo?
En absoluto. Soy un vividor total. Vivo profundísimamente mis disgustos y mis alegrías.

¿Es un buen padre?
Esto... Fui mal padre entre comillas... ¿Qué es un buen padre? Un buen padre es el que se sacrifica, está con sus hijos, les da el biberón, cambia pañales... O sea, que no he sido un buen padre en lo doméstico, pero sí en el estímulo vital. He mantenido muchas conversaciones con mis hijos mayores: Enrique, Julio e Isabel. Charlas fuertes, ambiciosas, competitivas... Mis hijos son la hostia. Enrique es un campeón distante, Julio es rápido y un divino, e Isabel está feliz... Los tres son valientes y sensatos.

Las mujeres han sido un costado principal de su vida.
Sin duda. El estímulo de la mujer en mí vida ha sido muy profundo. He aprendido muchísimo de ellas.
Nunca cometí el error de no ser generoso en el amor. Y eso me permitió muchos amores, pero ninguno comparable al que tengo con mi mujer. Ella es viento más fuerte y más liviano. Nunca antes había yo flotado tanto. Nunca había estado tan vivo...

¿A los 69 años es más libre?
Sí, soy libre. Y lo soy porque ya no juzgo sin saber. Ésa es la libertad mayor.  Con el tiempo prefiero los síes a los noes. Yo nací con el no y ahora estoy viviendo desde el .

¿Acepta bien lo de envejecer?
No. Es inaceptable. El que diga que lo asume bien es un gilipollas. Al tener de joven un problema de salud tan grave como el que padecí, mi cuerpo envejece más rápido y todo requiere más esfuerzo según pasa el tiempo. Y es algo que no puedo controlar. Por otro lado, ahora tengo un conocimiento mejor y mayor de la vida y soy más justo conmigo.

¿Legalizaría las drogas?
No tengo claro si leganlizando las sustancias se evita el problema de la adicción profunda. Quizá se conseguiría lo contrario. No soy partidario de nada que limite la libertad del individuo.

¿Porqué está «triste» Ronaldo?
Porquetienemenos aplausos de los que merece en el Real Madrid. Es un jugador superclase. Sale al campo a dejarse la vida. Es injusto juzgarle por lo que gana. Debemos juzgarle por lo que es.

¿Por qué Mourinho desata tanta aversión?
Me encanta Mourinho. Porque en muchos casos no sabemos vincular nuestra emoción con nuestro cerebro. En los países meridionales es muy complicado ser alguien largamente querido y respetado, a no ser que te vean muy lejano. Tenemos que aprender a aplaudir más en vida. Los españoles aplaudimos mejor a los muertos...
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