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A Julio 'le va' Marbella
13 de Agosto de 2012
Por: Belén García, Diario Sur
 

Julio Iglesias, llenó «hasta la bandera» y colapsó todos los accesos a la zona norte.

Podríamos presentarlo de muchas maneras. Pero no haría falta. Es uno de los mayores vendedores de discos en la historia de la música, con más de 300 millones hasta la fecha. Además, se estima que ha actuado para más de 60 millones de personas a lo largo de los cinco continentes. Resumiendo, un peso pesado de los que hay pocos. Su nombre, Julio Iglesias.

Con estos antecedentes, no es de extrañar que la cantera de Nagüeles, se viniese abajo anoche. El cartel de completo se había colgado días antes y la reventa de los asientos de precio medio, había alcanzado los 2.000 euros por pareja.

El concierto celebrado anoche, es el colofón final a una gira celebrada por los países del Este de Europa y España y al que le seguirá nada menos que una actuación en el Baile de la Rosa de Mónaco, invitado por el príncipe Alberto.

Iglesias se mostró «muy contento», por la enorme expectación levantada en el que fue su primer concierto en la provincia malagueña desde 2010 y recordó que él «siempre cierra sus giras en Málaga, porque ésta es mi casa». No venía de vacío no obstante, en las últimas semanas ha batido récords de recaudación en el Palacio Euskalduna de Bilbao y ha llenado dos veces el Liceo de Barcelona entre otros.

Un caos fue el que organizó anoche el intérprete que se bastó y sobró para colapsar todos los accesos a la zona norte de Marbella. Colas enormes de coches de alta gama y mucho taxi hacían prever lo que estaba por llegar.

Tras la ciudad marbellí tampoco contempla descanso el eterno 'truhán', que prepara ya la celebración de su cumpleaños en el 'Hard Rock Café' de Miami dentro de una gira por Estados Unidos que lo llevará también a Nueva York y Los Ángeles. Tras el periplo internacional regresa a Ojén en octubre, para volver a iniciar otra gira por Europa del Este.

Se trató de un baño de masas a los que el madrileño está más que acostumbrado, pero que no por ello dejan de ser más meritorios teniendo en cuenta la dilatada trayectoria de este artista por el que parecen no pasar los años.

Y no pasan, entre otras cosas, porque él se ocupa de ello, para que 'La vida, siga igual'. Los fotógrafos quedan estratégicamente situados de cara a su lado bueno, a la distancia apropiada para que ningún descuido pueda hacerle aparentar sus cerca de 70 años. Julio es un 'Divo' y no lo oculta. Padre de familia numerosa, marido feliz y poseedor de una fortuna difícilmente calculable, el madrileño tiene razones para gritar su clásico 'Yeah'.

Y precisamente con esa coletilla comenzó a las diez y cuarto en punto al artista, que vestido con su 'uniforme' (traje de chaqueta negro y camisa blanca) entonó la palabra mágica 'Amor, amor..', en un grito a los nostálgicos y a los románticos.

El primer gran aplauso se produjo con su tercer tema 'La gota fría' algo más movido que el anterior.

Tras finalizarlo habló al público para explicarles que en su opinión «la gente que hablamos español, transmitimos que la música latina sin ninguna duda, es la más expresiva de cualquier cultura».

Siguió con 'A media luz' tema que acompañó con un par de bailarines de tango, para corear después a medias con el público aquello de «que allá en el otro mundo, en vez de infierno encuentres gloria...» de su canción 'Échame a mi la culpa'.

Con 'Manuela' se vivió uno de los momentos más emocionantes, un tema que interpretó sentado en una silla y con los ojos bien cerrados, mientras el público repetía a coro ese nombre femenino. Y hablando de mujeres siguió con 'De niña a mujer', un tema que irremediablemente se asocia con su hija mayor, Chábeli.

Tuvo tiempo también para incidir en lo orgulloso que se siente de ser español, con temas como 'Me siento de aquí' o la dedicada a su padre, 'Galicia'. La puesta en escena era sencilla, con la atención centrada en él y acompañado de tres chicas jóvenes, bronceadas y de cuerpo escultural que le hacían los coros. Los gritos se hicieron valer con el tema 'Hey!' (no vayas presumiendo por ahí...) que enloqueció sobre todo a las féminas y que arrancó uno de los mayores aplausos.

A estas alturas hacía ya rato que se había deshecho de su chaqueta y entonaba con su característico chaleco negro y cualquier movimiento fuera de su hierática pose hacía desatar la locura.

Se atrevió con el inglés con temas como 'When You Tell Me That You Love Me' que cantara con Dolly Parton. Y con el francés, de la mano de 'Ne ne quites pas'. Para cerrar el concierto eligió moverse un poco y cantar un éxito seguro. Su tema 'Me va' fue el punto final del concierto.
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Julio Iglesias, el artista hispano más vendido de la historia (300 millones de copias)
3 de Julio de 2012
Por: Ima Sanchís, La Vanguardia
 
Feliz y cercano, le gusta bromear con las cosas serias de la vida. Lo hace desde la terraza del Kempinski, en Praga. Más de 500 conciertos y 2.600 discos de platino y oro no le impiden aferrarse a lo bueno: "Los premios son literatura. Lo que estimula mi vida es organizarme las giras a mi gusto. Ser libre". Sus cinco hijos pequeños le acompañan, están escolarizados en casa. "Hoy tengo una vida familiar fuerte y bella". Cada treinta segundos suena una canción suya en cualquier rincón del planeta. "Lo bueno del éxito -dice- es tenerlo, y lo malo, perderlo". Más allá de la leyenda le define la voluntad: "He controlado mi mente a través de mi cuerpo: disciplina". El 4 y el 26 de julio actuará en el Liceu de Barcelona.

¿Habrá otra vida?
¡Ojalá! A mí lo que me da mucha pena es que sea tan corta, así que procuro alargarla.

¿Y cómo lo hace?
A base de disciplina: me cuido. La gente que cumple años es la que se abandona.

Si pudiera, ¿qué errores corregiría?
Me aproveché poco de mis padres, tenía que haber sido más generoso con ellos. De jóvenes somos despiadados: llamadas cortas, espaciadas, poca comunicación..., ahora ya es tarde.

¿Qué ha sido lo importante?
Mi gran compromiso arranca cuando tuve el accidente de coche, a los 20 años. Cuando uno comienza a volar, me pasé un año postrado y tres de recuperación. Tuve una paraplejia absoluta, estuve sometido a sondaje durante cuatro o cinco meses en una época en la que los tubos eran casi de cobre.

¿Qué recuerda?
Estaba boca abajo, no podía hablar, así que preguntaba a mis padres a través de los ojos si me iba a morir. Como sus ojos estaban llenos de angustia, pensaba que era el fin.

¿Qué aprendió?
Tuve que aprender de nuevo todos los movimientos, ser consciente de las órdenes que daba mi cerebro al dedo gordo del pie, así que aprendí a ejercitar la voluntad y la disciplina hasta el límite. Creo que eso es la vida.

¿Se levantó de esa cama siendo una persona nueva?
La vida se convirtió en un premio, ya no era gratis; y también la suerte llamó a mi puerta. Hay gente que nace para ajedrecista pero nunca se ha puesto ante un tablero.

¿Las circunstancias mandan?
Sí, a mí la vida me dio la posibilidad de ser un cantante malo, pero cantante. Un anestesista amigo de mi padre me regaló una vieja guitarra y me entretenía aprendiendo a tocar y componiendo canciones muy sencillas que cantaba a mis padres, a los que les parecían maravillosas, y yo me lo creía.

Eso tiene más delito.
Me fui a Londres a quitarme los complejos. Durante años estuve acomplejado, no me gustaba que me vieran caminando con dos bastones; y seguí tocando en los pubs como divertimento. Mi única preocupación entonces era recuperarme de la angustia.

Pues pasó de la angustia al éxito.
Nunca canté para triunfar, pero un día me escuché en la radio y me puse a buscar otras emisoras para ver si también sonaba.

Vanidad de vanidades.
El éxito es un regalo de la vida inmenso; hay gente que dice que le gustaría poder pasar desapercibida, pero al tercer día de anonimato ya no le gusta tanto la idea. A mí los focos me han dado muchas oportunidades. Ahora estoy aquí, sentado viendo las bellísimas torres de Praga, mañana en Budapest...

¿No es agotador?
Es agitador, hace que la sangre circule desde el corazón a cualquier parte de tu cuerpo a una velocidad diferente. Yo lo que quiero es que me dejen cantar hasta la muerte.

¿Qué ha sido lo difícil?
Andar, porque tengo afectado el equilibrio. Para poner el pie en la vida cada mañana debo pensar en no caerme. Y después convertirme primero en cantante y luego en artista. Y convencer a tanta gente.

¿Es falsa modestia?
Voluntad, perseverancia y disciplina me han traído hasta aquí, pero no lo escogí, nadie escoge nada en la vida.

¿Qué ha entendido del ser humano?
Todos lloramos igual, reímos igual, sentimos igual, nos morimos igual, pero por desgracia unos con muchos privilegios y otros sin ninguno. Nacer es lo más bello que existe y también lo más injusto.

Depende de dónde te toque, entiendo.
Tengo casi 70 años, he bebido vinos muy añejos y he tenido conversaciones muy largas, pero he sido muy dado a la superficialidad. Sobrevivir a tantas tonterías dichas tiene mucho mérito.

¿A qué teme?
A la muerte, y como no puedo comprar tiempo lo que hago es ganarlo con reflexiones más intensas, con miradas más generosas, sin juzgar nunca más, diciendo más síes que noes, sacudiéndome antiguos radicalismos, entendiendo más a los otros y comunicando más con menos.

Eso ha sido profundo.
Mi gran teoría es que uno nace sin destino pero con una circunstancia, lo que hagas de ella es cosa tuya; hay quien con lo mínimo llega al máximo, y quien con todos los recursos llega al mínimo.

¿Qué le ha decepcionado?
Nada, sería injusto que habiendo ganado batallas como la de volver a nacer estuviera decepcionado; pero hay millones que sí tienen derecho a estarlo y a protestar.

¿Qué hace por los demás?
He colaborado 21 años con Unicef, he recorrido campamentos de refugiados por medio mundo, en un coche, con aire acondicionado, viendo niños desnutridos, y he querido parar pero no ha podido ser. Luego, al cabo de cuatro días, empiezas a despreocuparte.

Me sorprende su sinceridad.
Si tuviéramos todos mayor conciencia, no nos gastaríamos el dinero en porquerías, sino en alimentar al que se muere de hambre.

¿Cómo se conquista a una mujer?
Aprendiendo de ella.

Pues ha aprendido usted un montón.

Yo no he estado con muchas mujeres, sino que he tenido muchos amores.
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