É como se Málaga não merecesse um pouco de alegria, um pouco de felicidade. Foi uma semana estranha que terminou numa verdadeira tragédia, com um incêndio florestal intencional que foi devastador, umas horas depois da festa vivida em toda a província em celebração da qualificação da sua equipa de futebol para a fase final da Champions League. Num dia, passou-se da euforia ao desespero e tudo o que se vê é destruição e morte, com perdas actualmente irreparáveis e as quais a geração actual não verá recuperadas. É como se fôssemos alvos de uma maldição ou algo do género. Na sexta-feira Málaga e a Costa do Sol saíram nos principais meios de comunicação de todo o mundo e não foi precisamente por algo bom, mas sim pelo incêndio devastador que assolou seis municípios da província, na zona conhecida como «o paraíso do sul da Europa».

A propriedade de Julio Iglesias (situada mais concretamente entre as urbanizações La Mairena e Elviria, municípios de Ojén e Marbella) foi precisamente uma das mais afectadas pelo incêndio que consumiu mais de 200 hectares de árvores e jardins de grande valor; 'Las Cuatro Lunas', como é conhecida, foi considerada uma das propriedades mais bonitas e cuidadas do Mediterrâneo, tendo sido avaliada em nada mais nada menos que 150 milhões de euros. O cantor mais famoso do mundo da actualidade, que até há uma semana estava na referida propriedade numa estadia de quase três meses com a família, esteve na quinta e na sexta-feira constantemente atento à evolução dos acontecimentos desde a sua casa em Punta Cana, horas antes de partir para Miami, onde se fixará temporalmente com vista à sua nova tournée pela América e pela Ásia: «O mais importante, acima de tudo,  é a vida humana que foi cobrada pelo incêndio e os feridos, foi uma tragédia. Conheço pessoalmente vários deles e estou desolado. Numa tragédia humana, o resto passa para segundo plano», comentava com evidente preocupação e desassossego. Quanto a 'Las Cuatro Lunas' confessou que « vivi umas horas de angústia já que, quase só de milagre, é que a casa e outras instalações se salvaram do fogo, contudo este devorou toda a área florestal, a mesma que criei com as minhas próprias mãos, porque eu era um homem feliz e apaixonado pela minha propriedade. A zona afectada pelo incêndio, toda, é o melhor paraíso natural e o mais bonito da Europa e perdemo-lo, é algo irreparável. Também estou indignado porque há anos que tenho vindo a advertir as autoridades responsáveis pelo assunto do gravíssimo risco existente e que ocorreu agora, e nunca me deram ouvidos, cheguei mesmo a ser considerado como tendo posições ecologistas... Pois vejam a que tudo isso nos levou, como tudo isto acabou. A miopia de muitos governantes é verdadeiramente lamentável e a sua demagogia é um atentado contra a razão. Não é justo que uma beleza natural como a afectada na Costa do Sol seja reduzida a cinzas. E agora? », lançava a pergunta retórica, profundamente decepcionado. Ainda assim, não deixou de ressaltar o trabalho dos operacionais que lutaram contra o fogo: «Temos que agradecer, do fundo do coração, àqueles que arriscaram as suas vidas a tentar apagar o incêndio e a salvar homens, mulheres e crianças. Também não deixo de pensar nos malaguenhos e nos muitos espanhóis afectados pelo fogo neste terrível Verão e com os quais estou solidário».   

Durante a noite de quinta-feira, Julio Iglesias falou ao telefone com vários responsáveis da Protecção Civil e do Consórcio de Bombeiros. «As casas da propriedade, excepto a dos caseiros, salvaram-se por causa da relva, que funcionou como corta-fogos, mas perderam-se sobreiros históricos, oliveiras centenárias, pinsapos (abetos-espanhóis) e um interminável et cetera de riquíssimas espécies de árvores e flora de valor incalculável. Foi uma grande tragédia».

Pessoas do círculo de Julio Iglesias questionam-se se o cantor voltará à sua casa de Ojén. «Isto foi construído por ele há mais de quinze anos e está muito afectado com o que aconteceu. Tinha previsto estar todo o mês de Outubro para celebrar a nova tournée pela Europa, mas agora não sabemos o que é que vai fazer... ».

Também se lembram que na altura Julio Iglesias tinha apresentado projectos à Consejería de Obras Públicas da Junta da Andaluzia para, entre outras coisas, prevenir possíveis incêndios florestais, e que os mesmos tinham sido recusados. De acordo com as mesmas fontes, eram projectos que além do acima referido, iriam gerar uma grande riqueza para a zona.

A verdade é que é possível que o fogo tenha também levado pela frente um dos melhores embaixadores da Andaluzia, da Costa do Sol e de Málaga pelo mundo.

Feliz y cercano, le gusta bromear con las cosas serias de la vida. Lo hace desde la terraza del Kempinski, en Praga. Más de 500 conciertos y 2.600 discos de platino y oro no le impiden aferrarse a lo bueno: "Los premios son literatura. Lo que estimula mi vida es organizarme las giras a mi gusto. Ser libre". Sus cinco hijos pequeños le acompañan, están escolarizados en casa. "Hoy tengo una vida familiar fuerte y bella". Cada treinta segundos suena una canción suya en cualquier rincón del planeta. "Lo bueno del éxito -dice- es tenerlo, y lo malo, perderlo". Más allá de la leyenda le define la voluntad: "He controlado mi mente a través de mi cuerpo: disciplina". El 4 y el 26 de julio actuará en el Liceu de Barcelona.

¡Ojalá! A mí lo que me da mucha pena es que sea tan corta, así que procuro alargarla.

A base de disciplina: me cuido. La gente que cumple años es la que se abandona.

Me aproveché poco de mis padres, tenía que haber sido más generoso con ellos. De jóvenes somos despiadados: llamadas cortas, espaciadas, poca comunicación..., ahora ya es tarde.

Mi gran compromiso arranca cuando tuve el accidente de coche, a los 20 años. Cuando uno comienza a volar, me pasé un año postrado y tres de recuperación. Tuve una paraplejia absoluta, estuve sometido a sondaje durante cuatro o cinco meses en una época en la que los tubos eran casi de cobre.

Estaba boca abajo, no podía hablar, así que preguntaba a mis padres a través de los ojos si me iba a morir. Como sus ojos estaban llenos de angustia, pensaba que era el fin.

Tuve que aprender de nuevo todos los movimientos, ser consciente de las órdenes que daba mi cerebro al dedo gordo del pie, así que aprendí a ejercitar la voluntad y la disciplina hasta el límite. Creo que eso es la vida.

La vida se convirtió en un premio, ya no era gratis; y también la suerte llamó a mi puerta. Hay gente que nace para ajedrecista pero nunca se ha puesto ante un tablero.

Sí, a mí la vida me dio la posibilidad de ser un cantante malo, pero cantante. Un anestesista amigo de mi padre me regaló una vieja guitarra y me entretenía aprendiendo a tocar y componiendo canciones muy sencillas que cantaba a mis padres, a los que les parecían maravillosas, y yo me lo creía.

Eso tiene más delito.

Me fui a Londres a quitarme los complejos. Durante años estuve acomplejado, no me gustaba que me vieran caminando con dos bastones; y seguí tocando en los pubs como divertimento. Mi única preocupación entonces era recuperarme de la angustia.

Nunca canté para triunfar, pero un día me escuché en la radio y me puse a buscar otras emisoras para ver si también sonaba.

El éxito es un regalo de la vida inmenso; hay gente que dice que le gustaría poder pasar desapercibida, pero al tercer día de anonimato ya no le gusta tanto la idea. A mí los focos me han dado muchas oportunidades. Ahora estoy aquí, sentado viendo las bellísimas torres de Praga, mañana en Budapest...

Es agitador, hace que la sangre circule desde el corazón a cualquier parte de tu cuerpo a una velocidad diferente. Yo lo que quiero es que me dejen cantar hasta la muerte.

Andar, porque tengo afectado el equilibrio. Para poner el pie en la vida cada mañana debo pensar en no caerme. Y después convertirme primero en cantante y luego en artista. Y convencer a tanta gente.

Voluntad, perseverancia y disciplina me han traído hasta aquí, pero no lo escogí, nadie escoge nada en la vida.

Todos lloramos igual, reímos igual, sentimos igual, nos morimos igual, pero por desgracia unos con muchos privilegios y otros sin ninguno. Nacer es lo más bello que existe y también lo más injusto.

Tengo casi 70 años, he bebido vinos muy añejos y he tenido conversaciones muy largas, pero he sido muy dado a la superficialidad. Sobrevivir a tantas tonterías dichas tiene mucho mérito.

A la muerte, y como no puedo comprar tiempo lo que hago es ganarlo con reflexiones más intensas, con miradas más generosas, sin juzgar nunca más, diciendo más síes que noes, sacudiéndome antiguos radicalismos, entendiendo más a los otros y comunicando más con menos.

Mi gran teoría es que uno nace sin destino pero con una circunstancia, lo que hagas de ella es cosa tuya; hay quien con lo mínimo llega al máximo, y quien con todos los recursos llega al mínimo.

Nada, sería injusto que habiendo ganado batallas como la de volver a nacer estuviera decepcionado; pero hay millones que sí tienen derecho a estarlo y a protestar.

He colaborado 21 años con Unicef, he recorrido campamentos de refugiados por medio mundo, en un coche, con aire acondicionado, viendo niños desnutridos, y he querido parar pero no ha podido ser. Luego, al cabo de cuatro días, empiezas a despreocuparte.

Si tuviéramos todos mayor conciencia, no nos gastaríamos el dinero en porquerías, sino en alimentar al que se muere de hambre.

Aprendiendo de ella.

Yo no he estado con muchas mujeres, sino que he tenido muchos amores.