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Julio Iglesias, una celebración en casa
19 de Septiembre de 2012
Por: Sarah Moreno, El Nuevo Herald
 

El cantante español celebra su cumpleaños con dos conciertos en el sur de la Florida.

Julio Iglesias cumple 69 años este domingo y lo celebra cantando para sus seguidores del sur de la Florida en el Hard Rock Live de Hollywood, con dos conciertos, el viernes y el sábado a las 8 p.m.

Siempre soñé con ese número. Qué maravilla de año y ahora lo he alcanzado”, dice el cantante, un eterno bromista al que le encanta poner un toque de picardía en sus entrevistas.

A esta edad las manías han desaparecido, porque no tengo tiempo para perder. Ya no soy ni supersticioso”, continúa Iglesias, que ofrece esta entrevista con El Nuevo Herald a su llegada a República Dominicana, en el momento en que cambia de medio de transporte: del avión para un automóvil.

El cantante español, que sigue siengo uno de los más elegantes en el escenario, vistiendo de traje oscuro y contando con excelentes músicos y coristas que destacan por sus voces y belleza, continuará su gira de conciertos hasta mayo. Hará paradas en Africa, después regresará a su tierra para cantar en San Sebastián, en el País Vasco, y luego seguirá a Serbia, Colombia y toda la América Latina, para terminar el año con un concierto el 29 de diciembre en Altos de Chavón, República Dominicana. A principios de año retomará la gira, esta vez por países asiáticos.

Mientras sigue preparando un DVD de un concierto grabado en vivo en todos los idiomas, que ofreció en el 2007. También tiene en planes un disco con jóvenes cantantes estadounidenses, una idea que acredita a un ejecutivo de Sony.

Yo no dejo de tener ideas. Siempre he sido muy creativo. Eso me mantiene vivo y apasionado por la vida”, reconoce Iglesias, confesando que “cantar es un acto sublime, que a medida que pasan los años se convierte en una pasión muy fuerte”.

Estar en el escenario me da un poquito de vida. Estas giras me envalentonan; como mejor, hago más ejercicios. Es una disciplina muy fuerte, pero es muy bonito”, expresa Iglesias, que considera que lo bueno de cantar en Miami es que lo hace en casa.

Ceno en mi casa y duermo en mi cama, tengo miradas que conozco de toda la vida”, afirma Iglesias, expresando una vez más su aprecio por Indian Creek, donde compró su primera residencia hace 35 años.

Es un lugar tranquilo, de paz, rodeado de agua”, describe el artista sobre la isla en la Bahía de Biscayne, donde tiene varias propiedades y pasa sólo dos o tres meses del año, ya que el resto reside en Punta Cana, República Dominica, junto a su esposa, la ex modelo holandesa Miranda Rijnsburger y sus cinco hijos pequeños, Miguel Alejandro, Rodrigo, las gemelas Victoria y Cristina, y Guillermo.

Mi mujer y mis cinco hijos vendrán al concierto”, adelanta Iglesias, que el año pasado contó además con la presencia de su hija Chábeli, de 40 años, a quien en esa ocasión dedicó su famoso tema De niña a mujer.

Cuando se le pregunta si considera que sus hijos Julio José y Enrique, quienes han seguido sus pasos en la canción, heredaron su carácter cálido y amistoso, responde:

Creo que los genes se trasmiten. Hoy cuando los niños vayan al colegio van a saber todos sobre sus vidas”, comenta. “Imagino que mis hijos han heredado lo bueno, pero también tengo cosas malas”, expresa sin dudarlo, para después apuntar: “Es que he sido muy golfo”.

Iglesias, que en sus entrevistas no deja de dar gracias por lo afortunado que se considera, se lamenta por la pérdida de más de 500 acres de vegetación en un reciente incendio forestal que afectó su finca Las Cuatro Lunas, en Málaga, donde el fuego avanzó por seis municipios.

Fue un incendio muy grande, la casa no se me quemó porque está protegida por campos verdes preciosos, pero perdí 3,000 árboles. Lo más grave son las pérdidas de vidas humanas y también mis hijas perdieron a su perro preferido”, contó Iglesias, indicando que la familia se encontraba en Estados Unidos cuando ocurrió el incendio, que fue intencionado.

Lo peor es que estos actos criminales no tienen mucha persecución en España, y quedan impunes”, expresa el cantante que dice no evadir ningún tema en las entrevistas porque siente que su carrera lo respalda.

“Hoy la relación que tengo con el público es como una adicción, no puedo vivir sin la gente”, concluye el artista.• 

Julio Iglesias en concierto, viernes 21 y sábado 22, 8 p.m. en Hard Rock Live, Seminole Hard Rock Hotel and Casino, 1 Seminole Way, Hollywood. (954) 797-5531. Las puertas abren a las 7 p.m.
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3 de Julio de 2012
Por: Ima Sanchís, La Vanguardia
 
Feliz y cercano, le gusta bromear con las cosas serias de la vida. Lo hace desde la terraza del Kempinski, en Praga. Más de 500 conciertos y 2.600 discos de platino y oro no le impiden aferrarse a lo bueno: "Los premios son literatura. Lo que estimula mi vida es organizarme las giras a mi gusto. Ser libre". Sus cinco hijos pequeños le acompañan, están escolarizados en casa. "Hoy tengo una vida familiar fuerte y bella". Cada treinta segundos suena una canción suya en cualquier rincón del planeta. "Lo bueno del éxito -dice- es tenerlo, y lo malo, perderlo". Más allá de la leyenda le define la voluntad: "He controlado mi mente a través de mi cuerpo: disciplina". El 4 y el 26 de julio actuará en el Liceu de Barcelona.

¿Habrá otra vida?
¡Ojalá! A mí lo que me da mucha pena es que sea tan corta, así que procuro alargarla.

¿Y cómo lo hace?
A base de disciplina: me cuido. La gente que cumple años es la que se abandona.

Si pudiera, ¿qué errores corregiría?
Me aproveché poco de mis padres, tenía que haber sido más generoso con ellos. De jóvenes somos despiadados: llamadas cortas, espaciadas, poca comunicación..., ahora ya es tarde.

¿Qué ha sido lo importante?
Mi gran compromiso arranca cuando tuve el accidente de coche, a los 20 años. Cuando uno comienza a volar, me pasé un año postrado y tres de recuperación. Tuve una paraplejia absoluta, estuve sometido a sondaje durante cuatro o cinco meses en una época en la que los tubos eran casi de cobre.

¿Qué recuerda?
Estaba boca abajo, no podía hablar, así que preguntaba a mis padres a través de los ojos si me iba a morir. Como sus ojos estaban llenos de angustia, pensaba que era el fin.

¿Qué aprendió?
Tuve que aprender de nuevo todos los movimientos, ser consciente de las órdenes que daba mi cerebro al dedo gordo del pie, así que aprendí a ejercitar la voluntad y la disciplina hasta el límite. Creo que eso es la vida.

¿Se levantó de esa cama siendo una persona nueva?
La vida se convirtió en un premio, ya no era gratis; y también la suerte llamó a mi puerta. Hay gente que nace para ajedrecista pero nunca se ha puesto ante un tablero.

¿Las circunstancias mandan?
Sí, a mí la vida me dio la posibilidad de ser un cantante malo, pero cantante. Un anestesista amigo de mi padre me regaló una vieja guitarra y me entretenía aprendiendo a tocar y componiendo canciones muy sencillas que cantaba a mis padres, a los que les parecían maravillosas, y yo me lo creía.

Eso tiene más delito.
Me fui a Londres a quitarme los complejos. Durante años estuve acomplejado, no me gustaba que me vieran caminando con dos bastones; y seguí tocando en los pubs como divertimento. Mi única preocupación entonces era recuperarme de la angustia.

Pues pasó de la angustia al éxito.
Nunca canté para triunfar, pero un día me escuché en la radio y me puse a buscar otras emisoras para ver si también sonaba.

Vanidad de vanidades.
El éxito es un regalo de la vida inmenso; hay gente que dice que le gustaría poder pasar desapercibida, pero al tercer día de anonimato ya no le gusta tanto la idea. A mí los focos me han dado muchas oportunidades. Ahora estoy aquí, sentado viendo las bellísimas torres de Praga, mañana en Budapest...

¿No es agotador?
Es agitador, hace que la sangre circule desde el corazón a cualquier parte de tu cuerpo a una velocidad diferente. Yo lo que quiero es que me dejen cantar hasta la muerte.

¿Qué ha sido lo difícil?
Andar, porque tengo afectado el equilibrio. Para poner el pie en la vida cada mañana debo pensar en no caerme. Y después convertirme primero en cantante y luego en artista. Y convencer a tanta gente.

¿Es falsa modestia?
Voluntad, perseverancia y disciplina me han traído hasta aquí, pero no lo escogí, nadie escoge nada en la vida.

¿Qué ha entendido del ser humano?
Todos lloramos igual, reímos igual, sentimos igual, nos morimos igual, pero por desgracia unos con muchos privilegios y otros sin ninguno. Nacer es lo más bello que existe y también lo más injusto.

Depende de dónde te toque, entiendo.
Tengo casi 70 años, he bebido vinos muy añejos y he tenido conversaciones muy largas, pero he sido muy dado a la superficialidad. Sobrevivir a tantas tonterías dichas tiene mucho mérito.

¿A qué teme?
A la muerte, y como no puedo comprar tiempo lo que hago es ganarlo con reflexiones más intensas, con miradas más generosas, sin juzgar nunca más, diciendo más síes que noes, sacudiéndome antiguos radicalismos, entendiendo más a los otros y comunicando más con menos.

Eso ha sido profundo.
Mi gran teoría es que uno nace sin destino pero con una circunstancia, lo que hagas de ella es cosa tuya; hay quien con lo mínimo llega al máximo, y quien con todos los recursos llega al mínimo.

¿Qué le ha decepcionado?
Nada, sería injusto que habiendo ganado batallas como la de volver a nacer estuviera decepcionado; pero hay millones que sí tienen derecho a estarlo y a protestar.

¿Qué hace por los demás?
He colaborado 21 años con Unicef, he recorrido campamentos de refugiados por medio mundo, en un coche, con aire acondicionado, viendo niños desnutridos, y he querido parar pero no ha podido ser. Luego, al cabo de cuatro días, empiezas a despreocuparte.

Me sorprende su sinceridad.
Si tuviéramos todos mayor conciencia, no nos gastaríamos el dinero en porquerías, sino en alimentar al que se muere de hambre.

¿Cómo se conquista a una mujer?
Aprendiendo de ella.

Pues ha aprendido usted un montón.

Yo no he estado con muchas mujeres, sino que he tenido muchos amores.
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