Julio Iglesias ha celebrado esta noche el último concierto de su gira española en el Starlite Festival de Marbella (Málaga), en el que ha recorrido su dilatada carrera musical, repleta de éxitos, durante una hora y cuarenta y cinco minutos, donde ha cantado en varios idiomas y ha registrado un lleno absoluto.
La expectación alcanzó tal punto que la organización se las vio desbordada para controlar a tal cantidad de asistentes.
La de anoche resultó ser una de las veladas con mayor apoyo por parte de rostros conocidos del mundo empresarial, político y de la comunicación.
El artista ha cantado clásicos como "De niña a mujer", "Quijote", tema que ha provocado la ovación del público, "Abrázame", que han tarareado con él, o "Hey!", con la que le han piropeado.
Con "Me va, me va" ha levantado a los asistentes a bailar, animando así la actuación, que poco a poco se han ido acomodando en el foso, espacio que ha terminado abarrotado de admiradores que han aprovechado el momento para fotografiar al artista con sus iPhones y tomar retratos personales con el cantante de fondo.
Le ha seguido "La vida sigue igual", con la que ha precisado que a veces "una pequeña circunstancia de la vida te la cambia para siempre", y ha recordado que la escribió en 1963, y "gracias a ella estoy aquí", ha asegurado, con un auditorio totalmente entregado.
Para terminar, ha retomado "Me va, me va", donde ha realizado un amago de desprenderse de la chaqueta y se ha arrancado la corbata, que lanzada al público, ha despertado la excitación de sus fans como si de quinceañeras se tratara, para despedirse con un "me va Marbella".
Por sinergias de la vida, el cantante ha ofrecido hoy el último concierto de su gira mundial en España en la cantera de Nagüeles, ubicada en Marbella, lugar de donde se extrajeron las piedras para construir el recinto portuario Puerto Banús, que el propio artista inauguró con un concierto en 1970, al que asistieron la Princesa Grace de Mónaco y el Aga Khan; y donde hay una calle con su nombre desde 2002.