Medio siglo después de que Julio Iglesias se subiese a su primer escenario, el cantante va a sumar un nuevo hito en su carrera, uno que los sitúa entre los más grandes de la música anglosajona. Este domingo, en Los Ángeles, California, la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias, reconocerá al cantante español con un histórico premio a toda su carrera (“Lifetime Achievement”) y la influencia sobre varias generaciones.

Con este premio, Iglesias se pone a la altura de Elvis, Sinatra, Dylan o los Beatles, otro de los artistas que cuentan con este importante premio. Todo un logro para un futbolista que vio cómo una lesión cortaba su carrera en los campos. Iglesias aprendió a tocar la guitarra en rehabilitación y a dar forma a sus primeras canciones, dando comienzo, de rebote, a una carrera llena de premios, récords y reconocimiento.

El 17 de julio de 1968, hace ahora 50 años, Iglesias ganaba el Festival Internacional de la Canción de Benidorm con la canción La vida sigue igual, que había compuesto durante la convalecencia. Comenzaba otra historia, otra vida.

Iglesias, poco a poco, se fue abriendo camino en la música conquistando un mercado tras otro siendo el emblema de la música española y su artista más internacional. Ocho años después, el cantante actuaba por primera vez en el Madison Square Garden de Nueva York, agotando las entradas para el concierto en tiempo récord. Su aura de estrella mundial siguió creciendo. En 1982 también rompió marcas en Japón al vender en seis meses 1,2 millones de ejemplares del disco De niña a mujer; en 1987 con su álbum Julio Iglesias, se convirtió en el primer artista en vender más de dos millones de ejemplares en Estados Unidos con un disco en lengua no inglesa; en 1988, fue el primero en tener un programa especial en directo en la televisión china que vieron 400 millones de personas.

Por el camino iban quedando canciones y amistades, duetos que le han juntando con todos los grandes nombres de la música, tipos tan distintos como Willie Nelson, Stevie Wonder, Diana Ross, Sting, Dolly Parton, Placido Domingo, Charles Aznavour o Johnny Hallyday. Este domingo los Grammy le darán el reconocimiento final, aquel que se reservan para esos artistas que se consideran leyendas. Julio es uno de ellos.

Estoy feliz porque voy a cantar canciones del último álbum y canciones mexicanas que tienen un gran significado para mí. Pero lo más emocionante es que aún me dejen cantar en México a mis 75 años.

Cuando tienes esta edad, el hecho de poder salir a un escenario a cantar es un gran privilegio. La gente no sabe que los pulmones de un artista reciben más aire, que los de cualquier otra persona y nosotros los cantantes necesitamos ese estímulo del público, para poder cantar. Es increíble seguir cantando en un mismo país durante más de 50 años.

Yo pienso que yo quiero más al público mexicano, de lo que él me quiere a mí. Es muy difícil explicar este cariño con palabras, porque como una vez dijo don Pedro Vargas, el artista tiene que ser un gran agradecido, porque nosotros si no fuera por la gente que nos sigue, no viviríamos. Cuando se vayan esos aplausos del público mexicano y esas emociones que me hacen sentir, quedaría muerto en vida.

La gente, la gente, la gente y también la gente. Dicen los grandes filósofos que los países se hacen grandes por su gente. México es un país con muchas riquezas naturales, pero las personas tan maravillosas que lo habitan, es lo mejor que tiene. Éste país me ha dado muchos buenos amigos, conozco México con los ojos cerrados, de norte a sur, de este a oeste. Me gusta su idiosincrasia y amo su música.

Claro que como tacos. Me encantan los tacos, las tortillas y todo lo que me dan cuando piso México. Te diré que en estos 51 años que llevo de cantar, si junto todos los días que he visitado México, podría decir que he estado viviendo tres años en ese país.

Así es. Lo recibí con mucha vergüenza. Porque esas cosas pasan cuando tienes que estar ante tanta gente y te aplauden y no estás acostumbrado. Es mucho estímulo para el ego, cuando la vanidad es benigna. Fue de mis primeros premios en la vida y fue muy halagador, por eso me acuerdo mucho.

¿Arrepentirme? Para nada. El arrepentimiento es algo injusto después de todo el cariño que he recibido de tanta gente. No me arrepiento de nada, porque la vida ha sido generosísima conmigo. La facultad, la fuerza y la disciplina que me ha dado mi carrera hace que siga yo aquí. Yo me miro al espejo todos los días, solamente para salir al escenario en buenas condiciones y que así me vea mi público, si no fuera por ellos, en mi puñetera vida me vería a un espejo. Y todos estos esfuerzos que hago para verme bien, son pequeños en proporción a lo que me ha dado la gente. Así que en realidad los artistas tenemos la obligación de tener disciplina en nuestra vida.

Tengo tres o cuatro horas de mi vida diaria dedicadas exclusivamente a poner mi físico en la mayor forma que se pueda, porque a los 75 años no puedes correr como a los 40, pero nado todos los días y disciplino mi vida en todos los sentidos, como dormir y comer lo más sanamente posible. Ahora me estoy preparando para viajar a México a los conciertos.

Lo que más me gusta de la música mexicana es cómo nace su sentido popular. Me encanta José Alfredo Jiménez y Agustín Lara, ambos son grandísimos autores. cuando me presento en el escenario con música de José Alfredo Jiménez, me atrevo a decir que es uno de los autores más importantes de habla hispana.

Si yo supiera eso, creo que hubiera tenido mucho más del que tengo ahora, pero creo que es un conjunto de cosas. El artista, al igual que un escritor, un periodista, un carpintero o un agricultor, tiene éxito dependiendo de la pasión con la que hace su trabajo. Por ejemplo, te sorprenderías de por qué un agricultor tendría más ganancias que otro que tiene un terreno al lado. Y esto es por las ganas y la emoción que le pone a lo que hace. Y yo lo he hecho todo con pasión y con emoción y así daré mis conciertos en México.

“Sobre la temporada que está pasando ahora mismo el Real Madrid, todo es un ciclo, y está claro que el jugador estrella era Cristino Ronaldo“, comentó el cantante, quien su sueño frustrado fue ser portero del equipo merengue”.

” Me encanta porque las chavalas guapas y jóvenes les gusta. Es una música muy simpática con una letra a veces curiosa y que a veces es una cagada, pero algo debe tener. A los que les gusta es válido. ¿Cuánto durará?, no tengo idea. Lo cierto es que es incomparable con el bolero, porque este género tiene palabras mágicas”.

 

3 de abril en el Auditorio Nacional.

29 de marzo en Querétaro.

27 de marzo en Monterrey.