Tras 20 años de ausencia, Julio Iglesias triunfó anoche en un repleto Kursaal
Venía Julio Iglesias de reventar en julio el Euskalduna, con un récord de recaudación (más de 253.690 euros) y bilbainada incluida: más de 400 personas pagaron 308 euros por una entrada que incluía kit de regalo y asistencia a un cocktail con el artista. Ayer salió por la puerta mayor del Kursaal, donde había agotado días antes el taquillaje. Y quedan aun entradas para el concierto de hoy en el Baluarte pamplonés, a precio más alto que en Donostia. Nada que ver con el reventón de hace 15 años en el coso taurino iruñarra.
A sus casi 70 años, el intérprete de 'Gwendolyne' sigue transitando su camino de oro y repitió en el Kursaal las lógicas, tópicos y secuencias de su millonaria andadura. Salió a escena con ese permanente moreno, made in Punta Cana. Como siempre, de impecable traje oscuro, camisa blanca y chaleco incluido. Se rodeó de un notable combo: Jorge Alberto Casas (bajo), Omar de Jesús Hernández (batería), Antonio de Corral Manuel de Villena (guitarra), Michael Darius Scaglione (saxofones, flauta, percusión, dirección musical), el teclista Justin Clay Perry, los bailarines de tango Soledad Andrea Fernández y Hernán Darío Gelosi y las esculturales coristas Patricia Motta, Jessica Oliveira y Alina Korniiets.
El cantante madrileño conserva su voz de 'crooner' y no ha perdido prestancia escénica, salero y tablas, y con un sector femenino entusiásticamente entregado a la seducción del autoconfesado truhán de la vida. Recordó sus conciertos en La Perla y abogó entre 'vivas' por «una España plural».
La gira presenta su última grabación, un amplio recopilatorio bajo el simple título de 'Julio Iglesias 1'. Y el show camina en equilibrio entre el material más propio y las versiones, arreglados con nueva tecnología. De la cosecha de la factoría Julio se escucharon melodías como sus emblemáticas 'La vida sigue igual', 'Un canto a Galicia', 'Manuela', 'Me va', 'Me olvidé de vivir', 'Hey', 'De niña a mujer'... Hubo algún vallenato ('La gota fría'), aires cubanos ('El bacalao'), mexicanos, brasileños... más bastante repertorio ajeno, atreviéndose con 'Lucio Dalla', 'Ne me quitte pas' de Jacques Brel o dando un toque sensual a 'Sweet Lord' de George Harrison.
Tras dos horas de bálsamo romántico, el epílogo fue ese 'My way- A mi manera'. Este don Julio, antes multiactivo Casanova, después progenitor de 8 vástagos, hoy abuelo devoto de su prole y ya para la historia, galán mayor de la canción romántica latina.